Es el último escalón geológico y cultural entre Cáceres y Badajoz, una mezcla de todo un poco, lo que aporta una biodiversidad poco habitual. Dehesas de Toros Bravos y campos de cereal se reparten los espacios.
El río Búrdalo y el Arroyo Caballeros son las referencias fluviales, con grandes estiajes en verano, soporta una gran cantidad de especies salvajes y domésticas
La altura más baja comprende parte de un valle fluvial formado por tierras rojas, arcillas y cantos rodados. Es un horizonte plano