En el campo arqueológico de la dehesa boyal de Abertura encontramos vestigios de civilizaciones antiguas. Algunos reutilizados por los hombres con fines muy diferentes
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ARQUEOLOGÍA
Tallada sobre la misma roca, presenta una estampa impresionante. Mas todavía cuando nos acercamos y comprobamos las dimensiones de esta pileta inclinada. Tiene un orificio de evacuación y un canalillo para la conducción de líquidos.
El nombre Lagarejo nos dice de las últimas utilizaciones de esta gran mole de granito, sirviendo para pisar la uva principalmente. No obstante, todas estas construcciones suelen estar atribuidas a culturas prehistóricas como lugares de celebración de rituales sagrados. En cualquier caso, todo son hipótesis, pero en las cercanías se han estudiados altares rupestres similares a lo que tenemos delante.
En esta dehesa han aparecidos restos cerámicos, esculturas, inscripciones y un sinfín de objetos y construcciones diversas. Muchos de ellos están en las paredes de muchas viviendas de la población, otros en el Museo Arqueológico de Cáceres.
Son hallazgos que ponen de manifiesto la existencia de una población muy relevante, al menos desde el siglo I y II. Hay investigadores que sitúan una mansión romana llamada Lacipea, citada en el Itinerario de Antonino.